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Cuando el hombre que construyó las bombas conoció al hombre que las lanzó…

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Por: Thalif Deen

NACIONES UNIDAS, 10 abr 2024 (IPS) – La premiada película de Hollywood “Oppenheimer” retrata la vida del científico J.Robert Oppenheimer, quien ayudó a la creación de la bomba atómica, la cual cobró la vida de entre 140,000 y 226, 000 personas y devastó las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, en agosto de 1945. 

La tragedia fue descrita como un desastre humanitario de proporciones bíblicas pero, la película se centra en la creación de las bombas y no en la devastación causada. 

En un artículo publicado por la revista Time, el pasado mes de febrero, Jeffrey Kluger, relata una reunión en la Casa Blanca entre el presidente de los Estados Unidos, Harry S. Truman y Oppenheimer, describiéndola acertadamente como “el hombre que construyó las bombas y el hombre que las lanzó”.

Sufriendo de una culpa imperdonable, Oppenheimer presuntamente dijo a Truman: “Señor presidente… siento que tengo las manos manchadas de sangre”.

Pero la historia recuerda que esto pasó de manera diferente, dice el Time.

Al parecer Truman dijo: “No importa, se te quitará al lavártelas”

Otra versión cuenta que un recalcitrante Truman ofreció un pañuelo a Oppenheimer y dijo: “Bueno, ¿Quieres limpiarte las manos?” 

Sin embargo, en la película Truman solo se limita a agitar el pañuelo.

Quien fuera alcalde de Hiroshima de 1991 a 1999, Takashi Hiraoka, y que habló previo al estreno de la película en esa ciudad, fue más crítico con lo que se omitió.  

Dijo: “Desde el punto de vista de Hiroshima, el horror de las armas nucleares no fue suficientemente representado. La película fue hecha de una forma en que se validó la conclusión de que la bomba atómica se usó para salvar la vida de los estadounidenses.”

La Campaña Internacional para Abolir de las Armas Nucleares (ICAN) dijo que el estreno de Oppenheimer y la oleada de atención (mediática) que la rodea, crea una oportunidad para despertar la atención del público sobre los riesgos de las armas nucleares e invitó a las nuevas audiencias a involucrarse en el movimiento para abolirlas.

 “Podemos educar acerca de los riesgos y compartir un mensaje muy necesario de esperanza y resistencia. Oppenheimer trata sobre cómo comenzaron las armas nucleares y el Tratado de la ONU sobre Prohibición de Armas Nucleares (TPNW) es la forma en cómo nosotros las terminaremos.”

En cuanto a la perspectiva histórica, el Dr. Alon Ben-Meir, un profesor jubilado de Relaciones Internacionales en el Centro de Asuntos Globales de la Universidad de Nueva York (NYU) dijo a IPS que el Proyecto Manhattan, que fue encabezado por Oppenheimer para desarrollar la bomba nuclear, comenzó mientras la Segunda Guerra Mundial estaba en su apogeo y Alemania estaba en marcha, conquistando país por país en Europa.

Sin embargo, cuando se desarrolló el arma nuclear, Alemania se había rendido, pero Japón continuó peleando. Según relatos históricos documentados, las fuerzas japonesas luchaban en todas las trincheras, en todos los frentes, hasta el último soldado, y la palabra “rendición” no estaba en su vocabulario, dijo.

El General Marshall, quien era el jefe del Estado Mayor del Ejército de EE. UU., aconsejó al presidente Truman, en aquel momento, que si la guerra continuaba durante uno o dos años más, cientos de miles de soldados estadounidenses y más de un millón de japoneses morirían.

Cuando Truman le preguntó qué sugería, el General Marshall y otros le indicaron que bombardear con un arma nuclear a uno o dos emplazamientos en Japón podría llevar a la guerra a una rápida conclusión y salvar la vida de millones de personas en ambos fretnes.  

Finalmente, Truman fue persuadido de que ésta, tal vez, sería la única solución debido a que los japoneses estaban decididos a luchar hasta el amargo final, dijo Ben-Meir, quien impartió cursos sobre negociación internacional y estudios de Medio Oriente por más de 20 años.

“Una vez que se lanzaron las bombas y Oppenheimer se dio cuenta de la magnitud de los daños y las muertes que se produjeron en Hiroshima y Nagasaki, se sintió responsable del impacto catastrófico, declarándole al presidente Truman que sentía que tenía las manos manchadas de sangre por lo ocurrido”.

Truman le dijo entonces a Oppenheimer que, aunque él estaba detrás del desarrollo de la bomba nuclear, la decisión de utilizarla era suya, y que Oppenheimer no tenía responsabilidad alguna.

El presidente Truman supuestamente le entregó su pañuelo a Oppenheimer para que presuntamente se limpiara las manos de las manchas de sangre. Sin embargo, Oppenheimer abandonó la oficina del presidente completamente consternado, dijo Ben-Meir. 

“Los japoneses no creen que Truman estuviera preocupado por la pérdida de vidas japonesas si la guerra hubiera continuado, sino que estaba consternado por las vidas de los estadounidenses. Lamentablemente, esto sigue siendo un punto de discordia, pero se superó, en gran medida, gracias a la sólida alianza que se desarrolló posteriormente entre EE. UU. y Japón”.

“Por supuesto, lo que agravó la profunda desesperación de Oppenheimer por lo sucedido fue que posteriormente fue acusado de ser miembro del Partido Comunista y le revocaron su autorización de seguridad, lo que puso fin a su trabajo con el gobierno estadounidense (fue exonerado post-mortem), declaró Ben-Meir”.

En términos generales, de acuerdo con Radio Pública Nacional (NPR) en EE. UU., muchos espectadores japoneses expresaron su inconformidad con la narración de la película Oppenheimer ya que sintieron que la representación estaba incompleta.

Tsuyuko Iwanai, residente en Nagasaki, declaró a NPR que: “La película sólo habla del bando que lanzó la bomba atómica. Ojalá hubieran incluido el bando sobre el que fue lanzada”.

Al presenciar el éxito de la primera prueba nuclear, Oppenheimer presuntamente citó una frase del texto sagrado hindú Bhagavad Gita: “Ahora soy la muerte: el destructor de los mundos”, según UNFOLD ZERO, una plataforma de iniciativas y acciones centradas en la ONU para trabajar a favor de un mundo libre de armas nucleares.

“Ciertamente, Oppenheimer quedó tan impactado por el potencial de la bomba nuclear para destruir el mundo, que al terminar la Segunda Guerra Mundial, se involucró profundamente en el control internacional de las armas nucleares, la paz y la promoción de la gobernanza mundial”.

“La película debería recordarnos lo importantes y pertinentes que son estas ideas hoy en día, a medida que las guerras se recrudecen, las tensiones entre los Estados con armas nucleares crecen y la amenaza de una guerra nuclear es más alta que nunca,” aseguró UNFOLD ZERO.

“El pensamiento, la pasión y el compromiso de Oppenheimer respecto a estos temas apenas se mencionan en la película, a pesar de que es tan importante hoy en día para despertar nuestra comprensión colectiva de la naturaleza de la disuasión nuclear, los riesgos del nacionalismo y la importancia de fortalecer el estado de derecho, prevenir la guerra nuclear y lograr la paz a través de la gobernanza global”.

En su intervención ante el Consejo de Seguridad de la ONU, el 18 de marzo pasado, el Secretario General António Guterres se refirió a la película, que ganó siete premios Oscar en Hollywood, el 10 de marzo, incluidos los cuatro premios principales: Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor y Mejor Actor de Reparto.

Afirmó que “El reloj del juicio final suena lo suficientemente fuerte como para que todos lo escuchen. Desde académicos hasta grupos de la sociedad civil piden el fin de la locura nuclear”.

 “Al Papa Francisco, quien califica de ‘ inmoral ‘ la posesión de armas nucleares. A los jóvenes de todo el mundo preocupados por su futuro, que exigen un cambio. A los Hibakusha, los valientes supervivientes de Hiroshima y Nagasaki, son quienes encuentran entre nuestros mayores ejemplos vivos de decir la verdad al poder, y transmitir su eterno mensaje de paz”.  

La humanidad no puede sobrevivir a una secuela de Oppenheimer, advirtió Guterres.

Este artículo es presentado por IPS Noram, en colaboración con INPS Japón y Soka Gakkai International, con estatus consultivo ante el Consejo Económico y Social de las naciones Unidas, ECOSOC

INPS Japan/ IPS UN Bureau

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